Por Esteban Delgado
Los asesores en finanzas personales ofrecen una serie de consejos e ideas muy positivos para quienes necesitan organizar sus estados de ingresos y gastos, a la vez de acumular algo de dinero extra para resolver situaciones, ya sea previstas como imprevistas.
Pero, cuando hablar de ahorro es bastante fácil; lo difícil para muchos es ahorrar. Especialmente para aquellos que tienen ingresos limitados y por eso alegan que no pueden reservar una parte de dinero como reserva. La realidad, no es así. El que tiene hábito de ahorro lo hace, aunque sus ingresos sean limitados. Lo mismo es al contrario, aquel que no tiene costumbre de ahorrar, no lo hará aunque su nivel de ingresos sea elevado.
Otra recomendación recurrente es la de invitar a ahorrar con propósito, es decir, establecer un objetivo o una razón específica para acumular ese dinerito extra. Puede ser para comprar un vehículo, una casa, algún artículo del hogar, unas vacaciones, el pago de los estudios de los hijos, un plan de retiro particular, entre otras múltiples razones.
Sin embargo, el hecho de que no se tenga un propósito específico para el ahorro no implica que no se haga. De hecho, usted puede haber satisfecho cualquiera de los objetivos antes mencionados y, aún así, es recomendable que siga ahorrando.
El punto aquí es que tener dinero en reserva, es decir, dinero que no es necesario para ningún uso en específico, es un elemento tranquilizador, que ayuda a reducir el estrés, ofrece seguridad y autoestima y mejora el ánimo, pues se tiene menos preocupación, cuando las dificultades que se puedan presentar en la vida no requieren hacer un lío económico para solucionarlas, debido a que ese dinero está disponible, en todo o, en cualquier caso.
Además, es posible que los propósitos que usted tiene no pueden ser satisfechos con el nivel limitado de ahorro en el momento. Por ejemplo, puede darse en caso de que su propósito sea tener una casa propia, pero resulta que su capacidad de ahorro en la actualidad es de solo mil pesos mensuales. Imagínese; eso indica que usted no podrá lograr ese propósito, porque para alcanzar un ahorro de cinco millones de pesos, a ese ritmo, tendría que durar más de 400 años ahorrando.
Este es, también, otro elemento a considerar. Muchas personas reciben un dinero adicional, por cualquier circunstancia, y deciden gastarlo “en lo que sea”, con el argumento de que eso estaba fuera de presupuesto y no alterará sus operaciones cotidianas de ingresos y gastos. Eso es un error, pues el hecho de que usted tenga dinero adicional sin un propósito específico, no indica que haya que gastarlo solo por el hecho de gastar.
Usted puede salir de su casa a una actividad. Que se yo, a una fiesta o algo así. Lleva en su bolsillo diez mil pesos en efectivo, pero ha decidido que solo gastará tres mil pesos como mucho. Entonces, aunque usted anda con más de los tres mil pesos que gastará, no necesita desbordarse y hacer uso de los siete mil pesos restantes. El dinero no pesa, no molesta. Tenerlo no duelo y, por el contrario, lo doloroso es no tenerlo o gastarlo en algo innecesario.
Entonces, de ahora en adelante, trate de establecer un plan de ahorro, que no importa su es mucho o poco. Lo que importa es que cada quincena usted tenga la capacidad de sacar, primero que cualquier otro gasto, una cantidad de dinero específica para “clavarla”, como una reserva extra.
Usted me dirá que lo que gana no le alcanza, pero le respondo diciéndole que si decide sacar esa parte, previo a sus gastos, y sacrificarse un poco en sus niveles de consumo, de seguro que podrá lograrlo y, al cabo de unos meses haciéndolo, se dará cuenta de que ya tiene un ahorro, tal vez sin propósito, pero de bastante satisfacción.