Por Felipe Castro
Las declaraciones vertidas por Roberto Santana, en el Despertador de SIN, es una señal esperanzadora, de que en nuestra sociedad hay un muy reducido segmento de personas que se resisten a ser Peones de los Buitres que inciden con el apoyo estatal en los medios de producción nacional.
Con la responsabilidad que le caracteriza, Santona declaro, a modo de pregunta que, ¿Quien puede creer que fue un Corto Circuito que provoco el incendio en la Penitenciaria de la Victoria ante un personal policial corrupto? Subrayando que el personal que está ahí, le saca la lengua a la procuraduría y a los que dirigen el sistema penitenciario.
Sin embargo, lo más grave e importante de las delaciones, del experto en asunto penitenciario fue tildar de mafioso al personal que opera institucionalmente dentro de la Procuraduría General de la República, los que tratan de hacerle daño a Mirian German Brito.
Hay que preguntarse ¿Si es que ya se extinguió la capacidad de asombro del ciudadano? Ante las declaraciones de Santana, que tienen un alto nivel responsabilidad penal con nombre y apellido dentro del organismo llamado a constreñir el delito traducido en la violación a la ley.
Lo menos que se puede esperar sobre las delaciones supra indicadas, es que la flamante Dirección de Ética e Integridad gubernamental tome carta en el asunto, afín de poner en movimiento al propio ministerio público para la investigación de lugar, para que se establezcan responsabilidades con lo que se obtendría mínimamente un Stop al malvado circulo vicioso de la corrupción, aun imperante en algunos instrumentos estatales.
Esa declaración de Roberto Santana, es una sutil tocadita, sublimemente importante al corazón de los peones de los Buitres de los medios de producción; como también a un montón de conspicuos Plumíferos y vocingleros asalariados, agigantados a proposito más allá de su pequeña dimensión intelectual, a los fines de hacerlos creíbles frente a la sociedad, con el único propósito de mantener el Statu Quo imperante para que sea inmutable perennemente en nuestra sociedad.
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