Por Francisco Luciano
El tiempo ha venido a demostrar que Leonel Fernández ha sabido desarrollar la capacidad para escuchar los halagos sin marearse, tolerar las críticas más crueles sin quejarse; y a dejar que las calumnias, sobre su persona y actos, pasen. Prueba de ello, es que, durante más de una década soportó estoicamente la acusación de haber regalado o vendido al sector privado empresas propiedad del Estado dominicano.
Sus detractores han insistido en repetir la falsedad, asumiendo el principio establecido por el jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbels, quien sostenía que una mentira repetida muchas veces la gente llega a creerla como verdad, olvidando que los tiempos no son los mismos y que nos encontramos en la era digital o era informática, donde las tecnologías de la información y comunicación (TIC) permiten divulgar la verdad con tan solo un clic.
El intento de manipulación a lo dicho por la IA Sofía, sobre el crecimiento económico del país, debió servir como experiencia a los mitómanos del Gobierno y a muchos de sus papagayos, para desestimar dicha práctica por infectiva.
En entrevista reciente, Leonel Fernández, explicó sin enfado y con la cordialidad del buen pedagogo que es, que, capitalizar y privatizar una empresa pública no son sinónimos, pues privatizar es transferir la titularidad de la propiedad a un particular renunciando el Estado a la misma, mientras que capitalizar es agenciarse un socio que invierta en la empresa para aumentar su capital, manteniendo el Estado la propiedad del patrimonio que siempre tuvo en dicha empresa.
Muchos de los calumniadores de Leonel Fernández, pretenden ignorar lo que es el Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas, FONPER, así como que, por vía de esta institución, el Estado dominicano ha recibido ingresos por ciento de miles de millones de pesos como beneficio generado por las acciones que mantiene en dichas empresas.
Justo esta semana, hemos visto como de manera brillante, el senador de la provincia San Cristóbal, Franklin Rodríguez, aplico un verdadero suero de la verdad al ministro de la Presidencia, quien admitió que el contrato de arrendamiento de los aeropuertos por el Gobierno dominicano a la empresa Aerodom bajo la presidencia de Leonel Fernández resultó beneficioso para el país y que el mismo no implicó la enajenación de los aeropuertos, que aunque administrados por la empresa de capital privado en condición de arrendataria, continúan siendo patrimonio del Estado y más que eso, que los aeropuertos han mejorado en todos los órdenes gracias a la suscripción de dicho contrato.
Leonel como un fino jardinero, cultiva con esmero el hábito de la paciencia, sabiendo esperar el momento justo para establecer ante la conciencia ciudadana que solo la verdad y nunca la mentira, puede andar desnuda por las calles del pueblo, sin importar si es día o noche, o si hace calor o frio.
Contra todas las mentiras, calumnias y trapisondas, el líder de la Fuerza del Pueblo, galopa a buen ritmo en la carrera que lo llevará a la presidencia de la República en mayo 2024, para continuar actuando en beneficio de nuestra nación.
El autor es docente universitario y dirigente político.
