Por Domingo Placido
En nuestro artículo anterior sobre el Ministerio para eliminar a los pobres creado por el Presidente Luis Abinader recogíamos algunos de los males que han afectado a las clases más necesitadas a lo largo de estos poco más de tres años de Gobierno del PRM, sin embargo, conviene precisar cómo esta realidad se hizo patente este año en particular.
Los precios del petróleo estuvieron descendiendo a lo largo del año y, sobre todo, en el segundo semestre por la Guerra en Israel y la desaceleración de la economía China, pero los combustibles siguieron muy caros y apenas hace una semana se hizo una minúscula rebaja en la gasolina y el gas oil, pero no en la factura eléctrica que pesa en exceso sobre el hogar: hay que dejar de comer para pagar la luz.
El crecimiento tradicional de la economía cayó a un pírrico 2.5% para el 2023 tras caerse las exportaciones y las importaciones, aumentar el desempleo y, en el último trimestre, irse al suelo las exportaciones a Haití. Es todo un récord, puesto que es la primera vez en un año normal desde 1966 que las ventas en el exterior caen, igual que cayeron las compras.
Los bancos estuvieron al salto de la pulga, aumentando las tasas de interés a principio de año para que los ricos ganaran más por sus intereses y, luego del fracaso en reducir la inflación del 9% el pasado año, rellenando las arcas de los ricos con entrega de más de RD$ 140 mil millones que nunca llegaron al público para que paguen menos intereses por sus préstamos. Terminamos con precios que se quedaron altos y sin dinero en la calle.
El Presidente Abinader dice que redujo la pobreza, pero es porque muchos pobres murieron, unos porque el 911 dejó de funcionar bien, otros por accidentes en las carreteras en donde brilla por su ausencia la Red Vial del MOPC porque las guaguas están en campaña y solo dejaron las viejas, las que ya no sirven. A los apagones solo los ha calmado el frío de diciembre que reduce la demanda.
En el país solo han aumentado: los préstamos en más de RD$ 30 mil millones de dólares y nadie sabe qué se hizo con ese dinero, los haitianos luego de darles 400 mil visas en tres años, la inseguridad ciudadana, los precios de la comida y la fortuna de los amigos de Abinader beneficiarios de sus fideicomisos y concesiones. Esas son algunas de las principales dependencias del Ministerio para acabar con los pobres.
Otro departamento que aumentó fue el del caos público. Obtener un pasaporte es una odisea de seis meses y, a veces más, igual que cruzar la ciudad con el desorden del tránsito ¿Pregúntese qué sería de la capital si Leonel Fernández no construye los elevados y el Metro?
Ahora que ni los puentes y elevados funcionan por falta de mantenimiento, imagínese de aquel lado del rio o en Herrera, son los teleféricos de Danilo Medina ¿Cómo cruzaría para este lado de la ciudad?
Todo lo que funcionaba bien para beneficio de los más pobres colapsó en esta Administración; hicieron falta sólo tres años para destruir los avances de los últimos 25.
